lunes, 13 de junio de 2011

Joker



Durante la noche afloran muchos de los instintos que permanecen ocultos durante el día. Cuando cae el sol, la oscuridad aprovecha para transformar y enturbiar todas las sensaciones que nos rodean. Lo sencillo se hace complejo, la superficial se vuelve profundo y lo evidente, misterioso. Por alguna razón, el ser humano se siente atraído por las cosas que no puede comprender totalmente. Lo impredecible, lo inexplicable y lo perturbador son sensaciones que disparan la adrenalina y muchas personas se vuelven casi adictas a ese tipo de emociones.

Quizás esa sea la razón que permite que un personaje maligno hasta la médula como el Joker, sea al mismo tiempo, tremendamente carismático y atrayente. El dibujante Jerry Robinson fue el creador conceptual del villano que con el paso de los años fue rediseñado en numerosas ocasiones. En la película Batman de 1989, el personaje que fue interpretado por el legendario Jack Nicholson se hacía notar por los colores vivos de su ropa y de su maquillaje que le daban una apariencia tenebrosa. Varios años más tarde, una nueva imagen del Joker encarnada por Heath Ledger en The Dark Knight dejó huellas profundas en los espectadores, ésta vez el personaje dio un giro importante a su apariencia con un tono mucho más sombrío y desprolijo.

Pero más allá de los factores externos del Joker, existen también una gran cantidad de razones internas de su psicología que lo vuelven extremadamente atractivo y que lo convirtieron en uno de los personajes más influyentes de la historia de los cómics.

“¿Te cuento una cosa sobre el caos? Es justo” es una de las tantas frases del villano que sin duda lo ayuda a transmitir una filosofía de vida extraña y original, y sin duda remarca una forma de ser extremadamente compleja, lejana de los prejuicios y los estereotipos superficiales.

El Joker concibe al mundo como a una gran bola de fuego en donde cada persona intenta controlar su pequeña realidad haciendo planes sin percatarse de que el caos no sabe de medidas de seguridad. El caos es omnipresente y por eso el Joker juega con él todo el tiempo, para arruinar los planes de otros, para aterrorizarlos y demostrarles lo inútiles que son sus intentos de planear.

Su predilección por el desorden lo hace ser impredecible, indescifrable, un enigma eterno. No le interesa el dinero, ni el poder, ni la fama. No busca las cosas lógicas que pueden buscar el grueso de las personas y de esa forma esconde sus puntos débiles y sus verdaderas intenciones (que quizás no tenga) frente a los demás.

En contraposición con Batman, el Joker es la otra cara de la moneda. Aunque Batman también rompe las reglas a veces, su búsqueda de justicia lo hace tener más limitaciones y eso lo vuelve más rígido, mientras que el villano se vuelve cada vez más versátil y puede adoptar múltiples formas de obrar, de acuerdo a sus vaivenes constantes.

El arte de la seducción y la manipulación son habilidades que el Joker conoce y utiliza para que otras personas actúen para su propio beneficio. La forma de contar historias y las metáforas para hablar son mecanismos que utiliza para calar hondo en la mente de las personas y así poder instalarse en una posición de poder y sabiduría. Logra manipular a los demás sometiéndolos a situaciones límites que él mismo provoca para demostrar que tiene la razón y convencer a la víctima, técnica que utilizó con Harvey Dent para poder degradar su figura de hombre intachable de Gotham.

Sin límites, irracional, malvado, perverso, inteligente, seductor, profundo, manipulador… oscuro. Todos esos calificativos sirven pero no bastan, el Joker es el ícono de lo que más se teme, de lo inevitable y de lo inexplicable. Es el terror más profundo dentro de la oscuridad, es una tentación que repele y atrae desde las tinieblas. Pero como toda fuerza malévola también tiene su oposición… porque la noche siempre es más oscura antes del amanecer.

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Botellita de jerez todo lo que digas sera alreves...