domingo, 15 de abril de 2012

Germáyoni

Por Ser Supremo (Geniuss of Whisky)




Jaja, no lo quería creer, pero viviendo en México no me extrañan cosas así. Resulta que leí una noticia donde decían que el año pasado, en los registros civiles de Veracruz, muchos de los nombres extraordinarios para los nuevos veracruzanos fueron algunos como GERMÁYONI (en honor a Hermione, de Harry Potter) y JUSTIN (en honor a Bieber).

Durante este año en el Registro Civil de Veracruz se hicieron poco más de tres mil asentamientos entre los cuales destacan nombres como el de "Germayoni" haciendo alusión al personaje femenino “Hermione” de la película de Harry Potter; otro es Justin como el cantante Justin Bieber.

Muchos padres de familia también utilizaron algunas combinaciones de nombres como José William, este último como el príncipe William. Además hubo quienes quisieron ser originales como cambiar el nombre de María para escribirlo Airam.

Algunos otros, hicieron uso de su creatividad y pusieron nombres a sus hijos los cuales asombran a las personas, entre ellos: Iker, Génesis Lady, Rebeka, Kirstten Arriadne entre otros más.

¡Alamadre, no seas pinche naco, cabrón! ¿En serio, Germáyoni?, ¿Génesis Lady?, ¿José William? Y no dudo por un instante que hayan hecho una aleación de nombres ridículos con nombres piadosos o futboleros, ej: "Germáyoni Guadalupe", "Justin de Jesús", "Brayan Ronaldo", etc. Manera de joder el destino de un niño antes de que pueda al menos aprenderse su nombre.

Para mí son de mal gusto por dos razones. Uno, por el desentono antropológico entre el nombre propio y la persona. Y dos, porque los nombres propios extranjeros no-romances que se castellanizan se escuchan pésimo en su mayoría, porque disuenan con el lenguaje y la cultura locales.

Mi hijo se llamaría Stanis, en honor a Stannis Baratheon, de mi libro favorito; un rey durísimo, fuerte, justo, calvo y chingón; porque Stannis no desentona con nuestra lengua romance, es más, suena como latín; además no está dentro de mis planes vivir en México en un futuro. O, si no, alguno de un general romano que me agrade. Me hubiera gustado Juliano, mi emperador romano favorito, pero no quiero imaginarme todos los apodos con la palabra "ano" que sus compañeros de escuela le iban a espetar diariamente.

Si eres indígena, te llamas Ulrich, tienes una cultura europea y vives en una región escandinava, creo que Ulrich se escucharía de lo más normal; pero si eres indígena, te llamas Ulrich, tienes una cultura hispanoamericana y vives en México, a mi gusto se escucharía ridículo. No es una cuestión racial, detesto el racismo (Ser Supremo solo ve neuronas, nunca colores); es una cuestión geográfica y cultural, a mi parecer. Si llamas a tu hija Bella y vives en un país donde se habla español, no esperes que la gente le llame Bëlhâ. ¡No seas puto mamón pretencioso! Se llama Bella, como la de los Siete Enanitos. Como si nombres así fueran a hacer al chingado niño más bonito o bonita.







¡Un poco de sentido común, padres de México!