El Silencio

El Silencio no es un sonido nulo como lo llaman algunos. Tampoco la ausencia de aquél, como lo denominan otros. No es la ausencia de Ella o de El, ni la falta de compañía.
El silencio escucha y expresa por sí mismo.
No es un error, ni mucho menos una ilusión.
El silencio es una sinfonía de paz, cuyos acordes iluminan el cielo. Tocados por instrumentos que aún no han sido inventados por los mortales.
Desde arriba provienen esos sonidos inhumanos, ejecutados por esa orquesta que reune a los grandes músicos de nuestra era, tocando ahora en el paraíso para Dios.
El silencio, ese exquisito transmisor de tranquilidad. Un amigo de las grandes ideas y obras maestras.
Una energía sagrada. La conexión con uno mismo. El sabor a gloria y un triunfo del alma.
El triunfo espiritual, cuyo mayor premio es la bendición de los Dioses.