miércoles, 28 de septiembre de 2011

Antihéroes de la vida cotidiana

Por Ser Supremo (Geniuss of Whisky)


“Héroe” es uno de esos conceptos que la mente asimila durante la más tierna infancia. Ayudar a los desprotegidos, acabar con la injusticia y salvar el mundo son temáticas ampliamente abordadas en las películas, las series y los dibujos animados. La masividad de estos arquetipos hizo que todo niño sueñe con ser el héroe que salve al mundo y a la humanidad.

Los héroes clásicos son personajes que dan todo por el bien común: la honestidad es su forma de ser. Su apego a las reglas es total, no por temor de romperlas, sino por creer que atenerse a ellas es lo correcto. Un personaje heroico no dudará en sacrificar su propia vida para ayudar a los demás, es puramente altruista… pone el bien de otros por encima del propio. Esa integridad que lo caracteriza es también su punto débil y su mayor tormento: un ejemplo es Spiderman que debe elegir entre salvar vidas y resignar su vida personal o tomar las riendas de su destino y olvidar la responsabilidad que su gran poder le otorga.

Pero a la sombra de estos héroes sacrificados que llevan su don como maldición aparecieron otro tipo de personajes que luchan contra la injusticia, aunque de un modo un poco menos convencional.

A su modo, también son héroes. Héroes desangelados, héroes sin nombre, héroes que no creen en nada, héroes con errores, con contradicciones y con vicios. Héroes que pecan y que son conscientes de eso. A estos héroes se los puede confundir con los villanos, pero la mejor forma para definirlos es como “antihéroes”.

Aunque parezcan opuestos, no lo son: ambos buscan el bien pero con diferentes ideologías. Los antihéroes no dudan en hacer las cosas a su modo. No temen actuar por ira, egoísmo… no le temen a su propia subjetividad.

El perfil siempre alude a una persona con heridas profundas: un pasado horrible que dejó grandes traumas en el presente, muertes, rechazos y demás golpes que lo hicieron irascible, impulsivo y agresivo. Personajes como Wolverine o Batman no dudan en hacer una mala acción si el resultado final lo justifica, eso los vuelve sombríos e impredecibles.

Esa diferencia de accionar da lugar a muchas cuestiones que tienen que ver con la moralidad: un arquetipo busca el bien haciendo siempre lo correcto y dando el ejemplo para crear consciencia, mientras que el otro, prefiere que el resultado final sea el correcto pero sus métodos no son siempre lo más comunes. El enfrentamiento de estas posturas pone de relieve el ambiguo límite que divide a la justicia de la venganza.

Más allá de los personajes del cine y los comics, el tema también se puede plantear en el campo filosófico y sociológico. El dilema que presenta el accionar del antihéroe es el mismo dilema que se presenta cuando las vías legales no parecen ser el método más efectivo para lograr la idea de “justicia”. Cuando los procedimientos del Estado son insuficientes para corregir las acciones delictivas puede surgir la idea de una “justicia paralela” libre de trabas burocráticas. Esa justicia puede resultar efectiva pero es a la vez ilegítima y por lo tanto es también una violación a la ley.

Sin embargo, los antihéroes que ejercen esa “justicia fuera de la ley” cuentan con un carisma especial. Ese atractivo que emanan se debe a que sus motivaciones pueden ser contradictorias pero al mismo tiempo son totalmente emocionales. Es muy difícil que una sociedad obligada a soportar injusticias a diario no se identifique con este modo de actuar.

Las personas se tragan las injusticias, soportan resoluciones absurdas, observan las contradicciones del sistema, contemplan como el poderoso se aprovecha del débil y luchan contra sus propios demonios internos a diario. La figura del “antihéroe” nació cuando todos esos factores se fueron condensando en el inconsciente colectivo.

Mientras que los héroes luchan por un mundo perfecto, los antihéroes aprendieron a vivir en un mundo donde el mal existe y existirá. Copiaron sus métodos y tratan de hacerle frente de alguna forma. Un antihéroe es alguien que aceptó que el ser humano tiene errores y contradicciones, es alguien que se cansó de ser pisoteado, alguien que se cansó de perder… pero por sobre todas las cosas, es alguien que prefiere los hechos antes que las palabras.

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